15 oct 2005

Tras la caída de mi segundo par de alas, decidí no volver a abrir los ojos.
Mantuve mi vuelo lo mas alto posible, hasta donde el viento me lo permitió, después de unos segundo, sentí la caída en picada que nada podía detenerla.
Recordé, como recuerda un moribundo; recordé el camino que la vida me llevó a recorrer, no tuve ni un segundo para arrepentirme.
Inevitablemente esto me llevo a la muerte.
Hoy, ya no soy.

No hay comentarios.:

 
Free counter and web stats